CUANDO LOS CHINOS COMEN ARROZ y la reforma educativa



"Cuando los chinos comen arroz" (Chine rice eating) es una película de culto. Su bien conocida y admirada lentitud junto con la más larga duración de una película en el cine convencional (4,5 horas sin interrupciones) hacen de ella algo más que un icono dentro del séptimo arte.
Los personajes carismáticos que protagonizan el largometraje, donde un simple campesino chino puede llenar la pantalla durante minutos sin que pase realmente nada, y su famosa secuencia del desarrollo de una planta de arroz (95 minutos seguidos viendo su crecimiento) colman una de las obras maestras del cine chino e internacional.
Lejos de la cultura opresiva de la acción, de la violencia y del sexo, este exponente cinematográfico logra culminar el deseo de cualquier director de hacer un trabajo excepcional, repleto de guiños sobre la vida, la muerte, la naturaleza, el capitalismo y, muy entre líneas, del comunismo más rancio y casposo omnipresente en la China contemporánea.
Una película sin argumento que, junto con la opresiva música que tan acertadamente han sabido imbricar entre los fotogramas fijos de, por ejemplo, el vuelo de una mosca en torno a una bombilla desnuda en la estrecha habitación principal de una casa china, han hecho pensar a la inmensa mayoría de personas que la han visto, en la soledad intrínseca del ser humano y de la necesidad de contacto con el resto de la población, cosa que en China es lo habitual y excepcional lo contrario.
Bien es cierto que no se conoce todavía quien la haya visto completa de una tirada, que no hay ser humano que haya resistido sin dormirse aunque solo sea un cuarto de hora, que nadie puede afirmar que no haya pensado en otros menesteres mientras la ha estado viendo aunque solo sea una hora. Hay quien la tiene como película de cabecera como se tiene el "Ulises" de Joyce de libro de cabecera, para los ratos que se tienen muchas ganas de leer pero se sigue sin entender nada (ya solo me quedan 79 páginas). Así ocurre también con la película que nos ocupa, para ver y no entender pero poder decir que la tenemos y la hemos visto, no una sino muchas veces, eso sí, a ratos.
Por eso me parece muy bien que en la próxima reforma educativa se vaya a imponer como asignatura obligatoria (opcional en formación profesional) el visionado, estudio, interpretación y exposición de la película "Cuando los chinos comen arroz" (Chine rice eating)

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